Tratamientos Faciales
Radiofrecuencia
¿PARA QUÉ SE UTILIZA?
En el terreno de la estética facial, la radiofrecuencia posee numerosas ventajas con respecto a otros sistemas o tratamientos. Sus efectos son especialmente útiles en los procesos de envejecimiento cutáneo y flacidez. Se atenúan determinadas arrugas, se aumenta la elasticidad y firmeza de la piel, aumenta el grosor de la dermis y epidermis debido al incremento de la red vascular, oxigenación, formación de fibras elásticas. etc.
Es ideal para aquellas personas que presentan una ligera flacidez en la piel de la cara, región periocular, cuello y escote y que quieren mejorar su aspecto.
¿EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO?
La radiofrecuencia trabaja a frecuencias de corriente eléctrica muy altas, alternando la polaridad del campo eléctrico millones de veces por segundo. Ello provoca un aumento de calor en la dermis profunda que deriva en un doble efecto: formación de nuevo colágeno y tensado de los tractos fibrosos que sujetan la piel y el tejido graso a los planos musculares. Este proceso deriva en un efecto tensado que se prolonga en el tiempo.
El médico limpiará la cara y luego aplicará una mascarilla que servirá a modo de “base” para luego aplicar la radiofrecuencia. Por regla general y para conseguir unos resultados óptimos, se realiza una serie de seis o más sesiones, dejando pasar de 20-30 días entre ellas.
El resultado es una piel más tersa y una evidente reducción de arrugas y flacidez. El efecto de tensión se aprecia de una forma gradual y progresiva a partir del mes del tratamiento y los resultados suelen durar aproximadamente dos años. Las sesiones de mantenimiento permitirán asegurar que se conserven los resultados obtenidos.